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Una tarde en la Tokyo Tower

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Una vez en Tokyo, la primera visita era casi innegociable. Me moría de ganas de estar a los pies de la Tokyo Tower y poder subir para ver las dimensiones de la ciudad. Porque lo había leído, me lo habían explicado… Pero lo quería ver con mis propios ojos, y sentir esa inmensidad de la que todo el mundo me había hablado.

La Tokyo Tower es todo un icono, más allá de la propia capital nipona. Con su color rojo inconfundible, su antena es visible desde muchas partes de la ciudad, y es uno de los miradores más accesibles. Cuenta con dos observatorios, uno a 150 metros y otro a 250 metros, en los que se ve prácticamente lo mismo, ya que cuando nosotros visitamos la ciudad, la torre estaba de obras y apenas había diferencias de ángulos.

Nosotros accedimos a pie, ya que se encontraba cerca de nuestro hotel. Para llegar, atravesamos el templo Zojo-ji, en el que visitamos unas hileras interminables de pequeñas esculturas llamadas jizo. Estas piezas de piedra son unas deidades protectoras de la infancia, que las familias suelen adornar con gorritos de lana, baberos y molinillos de viento para pedir salud y bienestar para los niños y las niñas, o recordar a quienes no están.

 
 

Desde el templo ya se veía la torre la fondo, así que calculando el tiempo que quedaba para el atardecer, nos apresuramos un poco para llegar lo antes posible y no perdernos la hora dorada desde el mirador. Como decía, nosotros pagamos la entrada de los 150 metros, unos 900 yenes, que te sube a esa altura desde las que hay unas vistas de más de 180 grados, suficiente para disfrutar de la inmensidad de Tokyo, una ciudad que no tiene fin.

 
 

El atardecer, desde la Tokyo Tower

Los cálculos salieron bien, así que pudimos disfrutar del atardecer y su cálida luz desde uno de los miradores más impresionantes de Tokyo. Con un aliciente… ¡El monte Fuji! Y no fue fortuito. De hecho, llegamos un día más tarde de lo previsto a la capital japonesa porque nos pilló el tifón Trami en Nagoya y tuvimos que hacer noche allí y esperar que pasara. Lo bueno, que dejó un cielo despejado que nos permitió observar la silueta del volcán, que está a unos 130 km de distancia de la torre. ¿Quieres verlo?

 
 

Fue emocionante. Hice cientos de fotografías a cada detalle que podía observarse desde los grandes ventanales (que sería genial que estuvieran un poco más limpios, eso sí), ya que a diferencia de la Torre Eiffel, que está al aire libre, los miradores de la Tokyo Tower están totalmente acristalados.

Volví a sentirme pequeña, y un poco también Lost in translation, superada por las emociones y porque después de casi una semana, estábamos pisando Tokyo y cumpliendo un sueño.

A todo esto, se nos hizo de noche en la torre, así que al salir, ya nos la encontramos iluminada en tonos blancos y rojos. Mientras hacíamos algunas fotografías, se nos acercó una señora japonesa de mediana edad que era guía para grupos hispanohablantes y quiso practicar un poco de su castellano con nosotros. ¿Por qué en Japón la gente es tan adorable? No miento si digo que estuvimos casi media hora hablando con ella sobre nuestro viaje, el tifón, nuestros trabajos aquí… Nos recomendó algunas visitas imprescindibles y nos deseó que siguiéramos disfrutando de Japón. No sé si se acordará de aquella charla, pero para nosotros fue un placer poder romper el hielo y conversar con ella.

Ella se despidió y decidimos comenzar a caminar hacia Roppongi Hills, una parte más alta de la ciudad, desde la que poder observar la Tokyo Tower desde lejos, además de perdernos un poco entre neones.

 
 

¿Quieres un recuerdo de este viaje?

Con motivo de las jornadas Raw, hice unas impresiones de algunas fotografías de Japón, en tamaño 20x30cm y 50x70cm. Concretamente, de algunas de esa misma tarde.

 
 

Me queda alguna por casa, así que si te interesa tener un pedacito del viaje en tu casa, no dudes en escribirme, porque están a un precio súper reducido, y con toda seguridad, no las volveré a reimprimir.

Si lo que te apetece es tener otra de las imágenes de esta entrada, o del viaje, o del blog (de mi autoría, por supuesto), también puedo hacer un print especial bajo demanda. Sería genial poder compartir algo de este viaje contigo. ¿Te animas?

 

PD: Todas las entradas sobre el viaje están agrupadas bajo la etiqueta Viaje a Japón.

La entrada Una tarde en la Tokyo Tower se publicó primero en Un arma precisa.


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