Los recuerdos se van, pero las fotografías quedan. Y ahora que observo cómo mis padres se hacen mayores, me gusta recuperar fotografías antiguas y que me digan quién es quién, que me cuenten si aquel día alguna de mis hermanas había estado llorando hasta hacerse la foto, o si era la boda de fulanito con menganita, unos primos del pueblo, y la del sombrero era noséquién. Pero a veces no se reconocen, ni a ellos ni a quienes les acompañan en las fotografías. La vida, al fin y al cabo, es una contrarreloj, así que antes de perder esos recuerdos y esas fotos, tengo en mente escanearlas bien. Mientras encuentro tiempo, he dado con una aplicación para salir del paso y capturar esas imágenes y compartirlas con el resto de la familia de forma muy sencilla: Heirloom.
Descubrí Heirloom a través del blog Trend it up de Sony, y me fascinó. Tengo montañas de fotos familiares antiguas por escanear, pero desde que no vivo en casa de mis padres, cuando voy a verlos nunca me llevo el ordenador, y siempre voy dejándolo para más adelante. Así que cuando leí sobre esta aplicación, que sirve para escanear digitalmente fotografías en papel, supe que debía intentar probarla.
Heirloom es una aplicación muy sencilla, gratuita, y disponible para dispositivos Android y Apple. Sólo hay que abrir la app, poner el teléfono sobre la fotografía, y Heirloom detecta los bordes de las imágenes. Así captura la foto y la guarda en el teléfono, para editarla o compartirla en redes sociales.
Así que reuní un puñado de fotografías antiguas y empecé con la sesión de recuperación. La aplicación funciona muy bien, es intuitiva y captura las imágenes tal y como se ve en el vídeo de presentación. Pero hay que tener algunos detalles en cuenta:
- El resultado de las capturas es mejor si el lugar en el que estás tiene luz natural abundante. Si estás un poco a la sombra, como me ocurrió a mí, los colores no son tan fidedignos.
- Para que la aplicación detecte bien los bordes, la fotografía debe estar lo más aplanada posible. Como se ve sobre la mesa, las fotos están algo dobladas, y eso hace que haya que retocar recortando los bordes en alguna ocasión.
- Los archivos resultantes, en mi caso, pesan entre 100 y 300kb. Este escaneo no te servirá para hacer un póster o una ampliación, pero sí para guardar esas fotografías digitalmente de forma provisional y compartirlas en redes sociales.
Aparte de esto, en su web han publicado algunas historias en las que se explican cómo se pueden recuperar los recuerdos a través de la digitalización de las fotografías en papel.
Así, en una de ellas, se acompaña a Andrew a un viaje a sus orígenes, en Grecia, lugar al que va a buscar las piezas para recomponer su historia y su pasado familiar. En otra, Julie y Loreen hablan sobre su amistad desde niñas, repasando viejas fotografías de su infancia.
¿Qué haces con tus fotografías antiguas? ¿Las tienes escaneadas o es una tarea que vas posponiendo, como yo?
¿Te animas a probar Heirloom?
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